Téc. Nora M.Lovera
Se denomina polinización a la transferencia de polen desde los estambres hasta el estigma de las flores. En la flia. Orchidaceae este pasaje es realizado por vectores bióticos o polinizadores, la mayoría insectos y en algunos pocos casos por aves.
La gran mayoría de las orquídeas precisa un polinizador para la fecundación de sus flores. Solo un 3% es autógama, es decir se poliniza con su propia polinea. Son ejemplos de autogamina la orquídea europea terrestre Limodorum abortivum y las americanas Phragmipedium lindenii y P.reticulatum. Son autógamas obligadas las plantas que si o si se autopolizan y autógamas facultativas las que pueden autopolinizarse pero también ser polinizadas por algún vector.
Los polinizadores que visitan las flores de las orquídeas son variados: Himenópteros, Lepidópteros, Dípteros, Coleópteros y Aves.
· Muchas especies son polinizadas por Himenópteros (abejas, avispas y abejorros), por ejemplo Oncidium, Catasetum, Stanhopea, etc.
· Las flores de la terrestre Eulophia ruwenzoriensis son polinizadas por Euphoria lurida, un Coleóptero.
· Entre las orquídeas visitadas por Lepidópteros se encuentran las polinizadas por mariposas diurnas (ej. algunos Epidendrum de colores fuertes, Gymnadenia terrestre de Europa y Asia, etc.) y por mariposas nocturnas. Entre estas últimas se distinguen las que liban al vuelo y las que se posan. Angraecum sesquipedale, Brassavola y algunos Epidendrum de flores blanco-crema también son polinizados por polillas.
· Entre las aves americanas, son los colibríes los que se encargan de la polinización de algunas orquídeas como nuestra nativa Sacoila lanceolata, así como en las exóticas Elleanthus, Masdevallia ignea, Sobralia sp., todas de colores fuertes y llamativos.
La gran diversidad de estructuras florales y los mecanismos de polinización son fruto de la co-evolución de las orquídeas y sus polinizadores. A tal grado que algunas especies han evolucionado adaptando sus flores a una sola especie de insecto. Un ejemplo famoso es el de Angraecum sesquipedale (Madagascar) y Xanthopan morganii praedicta, una polilla cuya espiritrompa de 30 cms introduce en el espolón de la orquídea, de la misma medida, en búsqueda de néctar.
El néctar es, en general, la recompensa que ofrecen las orquídeas a sus polinizadores, pero también otras sustancias como aceites, resinas, pelos alimenticios, fragancias y ceras.
El néctar es producido en nectarios cuya ubicación puede variar pero suelen ubicarse en el espolón, en la base y en la punta de los sépalos, sobre las brácteas, etc. Muchas flores poseen guías de néctar.
Son varias las especies que atraen a sus polinizadores ofreciendo fragancias (Stanhopea, Coryanthes, Anguloa, Notylia, Catasetum con sus flores masculinas y femeninas, etc.) y son polinizadas exclusivamente por machos euglosinos que buscan y recolectan perfumes en estas flores presumiblemente usados en sus rituales de cortejo. Estas fragancias son producidas en glándulas llamadas osmóforos. En la naturaleza existen barreras químicas que evitan hibridaciones entre especies, así como otros impedimentos relacionadas con las diferentes ubicaciones y posiciones de las polinias una vez que se pegaron sobre el cuerpo de los polinizadores.
No obstante, alrededor del 30% del total de especies de orquídeas atraen a sus polinizadores mediante engaño. En estos casos, las flores no ofrecen ningún tipo de recompensa al polinizador. Existen varios tipos: engaño por imitación de forma y color, de sitios de anidamiento, de sitios de resguardo y pseudoantagonismo.
El engaño sexual es muy llamativo. Consiste en imitar formas, tamaños, colores y fragancias de las hembras de determinado insecto. Un caso muy conocido es el de Ophrys, orquídeas terrestres originarias de Europa, N de Africa y Asia Menor. Sus flores imitan la apariencia de las hembras de abejorros, avispas y abejas, por medio de colores, pelos y feromonas sumamente similares a las que producen las hembras. De este modo, los machos intentan copular con las falsas hembras llevando las polinias de unas flores a otras, sin recompensa alguna. Este fenómeno se denomina pseudocopulación.
Nora M. Lovera
Técnica en Floricultura y Jardinería
Facultad de Agronomía – Universidad de Buenos Aires