La orquídea con las flores más grandes Phragmipedium caudatum
Lic.Alejandro TabordaSu nombre común es “Zapatito de la Ñusta”. La Ñusta en la cosmovisión andina es la Joven Princesa hija del Inca, que personifica a la tierra aun no fecundada, aun no sembrada.
Sus plantas son de gran tamaño, carecen de seudobulbos, y sus hojas se desarrollan en abanico, siendo coriáceas y lineares, dispuestas en numero de 5 a 7 pares y de un largo de 60 a 70 cm.
Sus raíces son finas y leñosas, tenaces una vez que se han aferrado al sustrato.
La vara floral es gruesa y erguida, de un largo que oscila entre los 40 a 90 cm., que sostienen de 2 a 6 flores.
Sus flores llaman la atención por el largo de sus pétalos, que continúan creciendo una vez que han abierto sus piezas florales, llegando a alcanzar los 80 a 100 cm de largo y convertidos ahora en caudas.
Es entonces que podemos considerarlas a las flores más grandes de la Familia Orchidaceae y la más grande de las flores silvestres de la América Andina.
Crece en Perú y Bolivia, en altitudes que oscilan entre los 800 y los 2500 mts. sobre el nivel del mar.
Su floración ocurre fuera de la gran temporada de explosión floral en los Andes peruanos y bolivianos, es decir puede comenzar a florecer a partir de fines de abril y comienzos de mayo, o bien si se prolongan las lluvias comenzar a florecer para junio y julio. Ya que sus flores duran cada una abierta unos 90 días y van abriendo de manera sucesiva, es común que su floración llegue hasta finales de setiembre.
La coloración de sus flores dependerá de cuanta radiación solar reciban las plantas. En condiciones de luz indirecta, sus flores adquieren una coloración clara y sin venaciones visibles, con caudas largas de coloración ocre; pero cuando las plantas han crecido bajo condiciones de luz filtrada y ubicada en lugares más expuestos, sus flores en cambio adquieren un color de fondo claro con venaciones oscuras y bien marcadas. En estos casos, sus caudas adquieren una coloración rojo intenso con rebordes oscuros, pero son más cortas. Y sus varas florales no superan los 60 cm de largo como adaptación a una mayor radiación solar y a vientos más fuertes.
Las temperaturas donde crece Phragmipedium caudatum varían entre noches de 4º C de mínimas desde noviembre a marzo en la temporada de lluvias, llegando a mínimas de 7º C en las noches desde abril a octubre con máximas de 26º C en la temporada de menos lluvias.
Puede ser hallada creciendo en los 3 tipos de ambiente: terrestre en mayor proporción, rupícola y epifitas.
El suelo donde sus raíces se aferran es altamente poroso, con un abundante depósito de material de origen orgánico y constituido por sedimentos de origen aluvional. Sobre las rocas y árboles, sus raíces se aferran en las grietas, cavidades y pliegues de las cortezas siendo tapizadas por una abundante vegetación conformada por musgos, líquenes, helechos y begonias, que aprovechan a crecer en abundancia. Esto significa un beneficio mutuo para la orquídea y sus hospedadoras.
Las lluvias si bien no han desaparecido completamente desde abril a junio, permiten mantener todavía muy elevada la humedad ambiental para no afectar a la floración del zapatito de la Ñusta: normalmente están formadas por chubascos y lloviznas dispersas que ocurren en cualquier momento del día.
Y a su vez los ríos aún con un caudal medio y aguas todavía revueltas, sostienen que esta humedad sea la que requiere la flora del lugar. Cuando su floración ha concluido, los ríos ya han alcanzado su menor caudal y presentan aguas cristalinas.
No existe otra orquídea silvestre que haya logrado superar el tamaño de la flor que tan dignamente ostenta el Zapatito de la Ñusta, ni siquiera el hombre ha sido capaz de lograr un híbrido artificial que compita o supere a su tamaño floral.